Han sido varias las ubicaciones donde hemos realizado nuestras carrozas, la primera en 1986, (aunque parezca mentira) fue en un lugar que ahora al recordarlo nos parece imposible que pudiese hacerse allí, la confeccionamos entre el desván y la huerta de la casa de mi bisabuela, la casa que data del siglo XV en la cual nació Don Hernando Alvarado, capitán de las tropas de Don Francisco Pizarro en la conquista del Perú, entre las calles espíritu santo y Tinacu. Fue allí donde confeccionamos las piezas de nuestra primera carroza, luego la terminamos de montar y rematar en la calle Menéndez Pelayo, “calle del paseo” de Laredo.
Pues bien al año siguiente, 1987, año que nos ocupa el relato de hoy, fue un año más extraño aun en cuanto a ubicación de la carroza, en primer lugar volvemos a confeccionar parte de las diferentes piezas en el desván de mi bisabuela, para más tarde trasladarnos a una lonja situada en la calle emperador frente al híper Laredo, donde terminamos de confeccionar las piezas más grandes y donde comenzamos a montar la carroza, para más adelante, exactamente 15 días antes de la celebración del festejo, trasladarla a la calle reconquista de Sevilla, al lado del taller de coches San Emeterio, donde terminamos de montarla.
AÑO 1987 PARAÍSO 3º PREMIO
AÑO 1987 PARAÍSO 3º PREMIO
Aunque lo más raro de todo, y aquellos que saben lo que es esa noche de trabajo, lo entenderán mejor, clavamos la flor en la calle Reconquista de Sevilla, donde estaba ubicada la carroza, aunque las cajas de flores las teníamos guardadas en la otra lonja, en la calle emperador, donde les pusimos también los clavos, y desde donde bajamos todas las cajas de flores en una bicicleta que acondicionamos para esa labor. Sé que parecerá mentira, si contamos que durante toda aquella noche y con una bicicleta, y por cierto la misma persona pedaleando sobre ella todos los viajes que hubo que dar, trasladamos más de cuarenta mil flores.
Ya habréis podido comprobar lo raro y atípico que fue ese año con respecto a la localización de nuestro “cuartel general”. Hay que reconocer que hoy en día no se concebiría hacer una carroza en esas condiciones, pero en aquellos años y con la locura de la juventud y sobre todo una ilusión inmensa por nuestra fiesta, fue posible realizarlo de esa manera.
El resultado final fue bastante bueno, dadas las circunstancias, nos otorgaron el tercer premio, que a nosotros nos supo a mucho más.
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