PRESENTACIÓN


domingo, 20 de enero de 2013

Colaboradores


        Hace ya bastante tiempo que no escribía en este blog, y la verdad es que ya sentía ganas de retomar el mismo, aunque solo fuese puntualmente. Y estando en esas me preguntaba yo de que tema podría hablar en este caso.

         Hemos repasado desde la primera edición que participamos, allá por el 1986, uno por uno todos los años, hasta el 2010, año que celebramos nuestras bodas de plata en la Batalla de Flores. Cierto es que aún nos faltan por relatar las ediciones del 2011 y 2012, las cuales las dejaremos para más adelante, ya que considero que aún están muy recientes y la distancia y el tiempo pasado, dota a los recuerdos de un toque de nostalgia que los hace más añorados y queridos.

       Hemos hablado así mismo de los vestidos que hemos lucido en nuestras carrozas a lo largo de todos estos años, y enumerado todos los premios que en este apartado hemos obtenido.

    También hemos hablado y ensalzado, cómo no, a nuestra fiesta, de su desarrollo y discurrir, del sentimiento que despierta en todos los laredanos y de lo que ha significado y sigue significando para el pueblo de Laredo.

      Y estando en estos pensamientos me di cuenta, que aún no había escrito nada de esos personajes, muchas veces anónimos, y otras muchas poco reconocidos, si lo comparamos con lo mucho que aportan y el gran peso que tienen a la hora de seguir haciendo avanzar esta maravillosa fiesta.

         Estoy hablando de los colaboradores, de todas esas personas que sin ellos, sería imposible llevar a buen puerto la construcción y creación de las carrozas.

      Si de una cosa en nuestro grupo podemos sentirnos orgullosos, es sin duda de que siempre, desde el primer año hasta este último, hemos contado a nuestro lado con un gran número de colaboradores y amigos entusiastas de la Batalla de Flores.

      De hecho, podemos jactarnos de contar aún, al día de hoy, con colaboradores que año tras año han estado a nuestro lado desde que empezamos allá por el año 1986. Veintisiete ediciones ya a nuestro lado, veintisiete batallas de Flores codo con codo con nosotros, disfrutando de los éxitos, y sufriendo los fracasos, sintiendo nuestras mismas sensaciones y viviendo con la misma ilusión e intensidad que nosotros, cada carroza construida y cada momento vivido.





      Como nos dice el Real Diccionario de la Lengua… Colaborar : “Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra”.

      En ningún momento define o cuantifica cuanta es la ayuda aportada ni necesaria para considerarse como tal. Simplemente es aportar tu ayuda, tu mucho o poco tiempo libre, aportar tu entusiasmo, tu trabajo, tu ilusión, aportar tus ideas, tus conocimientos, tu experiencia.

       Colaboradores son los que están contigo desde el mismo día que empiezas la carroza como los que solo vienen la última noche a clavar las flores.

      Colaboradores son tanto los que dedican todo su tiempo libre, así como los que vienen un rato cuando les pica el gusanillo de la batalla.

     Colaboradores son los que ayudan aportando ideas, conocimientos o experiencia, así como los que simplemente te prestan un vehículo, una huerta o algún artilugio muchas veces necesario.

       Todos y cada uno de ellos son para nosotros colaboradores, desde el primero al último. Todos y cada uno de ellos merecen nuestro más sincero agradecimiento y a todos les damos las gracias de todo corazón.
     Pero también sería injusto de nuestra parte, no hacer una mención especial, a esas no más de cuatro o cinco personas, que día tras día, mes tras mes, año tras año, dedican prácticamente todo su tiempo libre a ayudar a la construcción de la carroza.

      A esas cuatro o cinco personas, que trabajan durante meses en la lonja, en las huertas, en los toldos, a esas cuatro o cinco personas que lo mismo pasan frio durante el invierno trabajando en talleres no acondicionados para el trabajo, como soportan días a pleno sol en el campo plantando o cuidando las flores.

     Esas cuatro o cinco personas, que al igual que yo, se desvelan por las noches cuando oyen llover demasiado y temen por las flores, o escuchan el rugir de un fuerte viento y sienten enorme preocupación por las carrozas ya montadas en los toldos.

     Esas cuatro o cinco personas que desde el minuto uno, en el mes de septiembre cuando se empieza a fraguar la nueva carroza, hasta el mismo instante, que esta, entra esplendorosa a finales de agosto en la pista, trabaja, disfruta, ríe, se preocupa y comparte contigo todo lo bueno o malo de cada etapa en la construcción de la misma.

      A esas cuatro o cinco personas nuestro agradecimiento especial, nuestro mayor y mejor reconocimiento a su trabajo, su ayuda, su entusiasmo y dedicación. Y que sepan que muchas veces son para mí, la razón y el motor que me ayuda a que cada año tenga las fuerzas necesarias para comenzar una nueva carroza.



                                                            
                                                  Muchas gracias AMIGOS.