El regreso de Persefone, titulo de nuestra carroza ese año, carroza comenzada sin un ánimo claro de ir a intentar ganar esa edición, y que sin embargo estuvo a puntito de alzarse con el primer premio de ese año.
Y es que a veces en el arte las reglas no sirven, y por eso hay momentos que incluso sin tantas posibilidades, sin tantas infraestructuras o sin tanto poderío, aun así, de pronto surge la inspiración y lo que en principio es sencillo de repente se convierte en sublime. Y además por que las cosas hechas con ilusión y mucho amor siempre dan un resultado muy positivo, y otra cosa no sé, pero lo que es ilusión por hacer carrozas y amor por la Batalla de Flores en nuestro grupo nos sobra.
Como ya he dicho la carroza nos quedo muy bonita y su clasificación, un segundo premio, bastante buena aunque podría haber sido claramente aun mejor. En el apartado vestuario nos otorgaron así mismo el segundo premio, y ahí sí que puedo asegurar que fue del todo injusto ya que en mi humilde opinión, ese año, ocurrió una de las pocas, poquísimas veces donde un vestuario de carrozas a merecido tan claramente el primer premio en vestidos como ese año el vestuario de nuestra carroza.
Por lo demás el año transcurrió sin más, como siempre lo pasamos muy bien, como todos las veces al margen del premio que nos otorguen, nosotros disfrutamos durante la creación de la carroza y a pesar del duro trabajo que supone, para nosotros es una alegría inmensa y una gran satisfacción el poder año tras año presentar nuestras creaciones artísticas en el gran desfile de la Batalla de Flores. Así que una vez más nos quedamos con el trayecto creativo y no solo con el fruto de este.
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